Historias y Memorias de un Cazaautógrafos

jueves, 25 de noviembre de 2010

De traductor a..."The Special One"




El fenómeno José Mourinho ha irrumpido en España con pinta de arrasarlo todo al más puro estilo de las huestes napoleónicas en el siglo XIX. Aunque la biografía del entrenador luso es conocida por todos, nunca está de más hacer hincapié en cómo pasó de ser una persona normal a representar un personaje. La primera vez que le vi cuando era traductor de Sir Bobby Robson, todo un secundario en el gran escenario que supone el equipo blaugrana. Salió a la puerta del hotel, se acercó a nosotros y nos dijo: “¿Estáis aquí por los jugadores del Barça? Pues ojalá tengáis suerte y salgan a firmaros”. Dicen que la primera impresión es la que cuenta y, en mi caso, no pudo ser mejor. Nuestro protagonista de hoy fue correcto y simpatico. Sin embargo, años más tarde, las percepciones iban a cambiar. Como un gusano que se convierte en mariposa, él entró de lleno en el star system de los banquillos con el lote completo: habilidad para dirigir grupos y rectitud y seriedad propia de quien se sabe importante. Lo confirmamos cuando volvió a Madrid con el Oporto. Fue una jornada de Champions pasada por agua en la que el equipo aquel de los “Zidanes y Pavones” no tuvo problemas para dar cuenta del que sería a la postre el campeón de la competición. Fue el último de la expedición en abandonar el lugar de concentración y subirse al autobús, con un gesto seco y distante. La corrección no la había perdido pero la amabilidad, se quedó en aquella breve charla que mantuvimos tiempo atrás, cuando no tenía motivos para darse aires. Una lástima.



Y ya sabeis haceros "FARFANES"

miércoles, 17 de noviembre de 2010

Un Trujas y una botella de Agua en Milano



Que nadie se lleve a engaño. Yo no fumo. Sin embargo, esto de los cigarrillos tiene una razón de ser. Nos situamos en un viaje a Milán que se cuenta entre mis favoritos de siempre. En compañía de varios caza-autógrafos, nos plantamos en el norte de Italia para visitar a un amigo transalpino aprovechando el puente de diciembre. La planificación estaba clara. Museos, pasta, helados y fútbol. El Torino visitaba San Siro (o el Giuseppe Meazza que diría un interista) y el cierre de la jornada no podía ser otro que ver el partido en el estadio. Pero como buenos profesionales de la materia, teníamos que hacer un alto en el camino para recoger algunas firmas entre los integrantes del equipo turinés. No fue fácil localizar su hotel pero finalmente lo hicimos, y entramos en plan guiris hablando en castellano al ver que los recepcionistas empezaban a indagar en los por qués de nuestra presencia en la estancia. Tiramos entonces del recurso de la cafetería. Para allá que fuimos a pedirnos unas botellas de agua evitando ser expulsados de inmediato. Y en esas estábamos cuando vimos que varios jugadores del Toro se encontraban en un jardín colindante recién comidos, charlando y, atención, echándose unos pitillos sin ningún pudor. En concreto eran Rossina y Salvatore Lanna. Una costumbre que habíamos visto en Torricelli en su etapa del Espanyol pero siempre a escondidas. Y es que desde que Darío Hubner dijera que se tomaba un chispazo y un trujas antes de los partidos, no habíamos conocido tanto descaro.





Pero sigamos con lo acontecido en los siguientes minutos que, a fin de cuentas, este blog trata de autógrafos y no de malos hábitos en los jugadores. En lo que empezábamos a consumir nuestras bebidas, fueron llegando varios jugadores. Entre otros Álvaro Recoba, que en esos días sonó para fichar por el Atleti. No pude resistirme a preguntarle al respecto y me contestó con un inolvidable “ojalá”. Después fueron pasando otros como Rosina o Di Michele, a los cuales “cazamos” de manera convencional. Y entonces llegó Salvatore Lanna, todo simpatía. No sólo nos firmó sino que, al saber nuestra procedencia, nos dijo que había jugado en nuestra ciudad. No lo ubicábamos así que nos dio más datos. “Trofeo Calderón”, dijo. Y entonces sí. Jugaba en el Chievo y se había llevado, junto al mítico Oliver Bierhoff, el trofeo Villa de Madrid. Una bonita anécdota para poner fin a una de esas ocasiones en las que desarrollamos nuestra actividad en el ámbito internacional.

jueves, 11 de noviembre de 2010

Mirando Atras: La Foto




Hace años, cuando los entrenamientos eran a puerta abierta, podías ver a tus ídolos sin problemas incluso en el propio estadio (aún quedaba para la moda de las ciudades deportivas supersecretas). En aquel entonces, yo y algunos amigos teníamos por costumbre ir al Calderón a ver al Atlético de Madrid cuando terminaban las sesiones preparatorias. Hablamos de la temporada de Christian Vieri, Lardin, Caminero o Juninho y, más concretamente, de la última jornada en la que se despedía del equipo Radomir Antic (que iba a ser sustituído por Arrigo Sacchi). Al técnico serbio se le veía bastante emocionado. Tanto fue así, que le pedí que si me podía hacer una foto con él y, en su lugar, me firmó un autógrafo en la parte de atrás de una postal de Juninho. Sin duda fue una buena anécdota para una fecha especial. Pero habría más. Esa temporada Vieri conseguía alzarse con el trofeo pichichi demostrando su categoría como delantero y por la cual todos le recordamos. Era un tipo serio por lo que conseguir una dedicatoria como la que me puso a mí aquella mañana, “Per Jorge”, era todo un triunfo. Fue justo en ese momento cuando apareció el periodista Javier Gómez Matallanas intentando convencer al nueve atlético de que asistiera a un fiesta que organizaba el diario Marca con motivo del cierre del ejercicio y en la que querían reconocer su logro como máximo goleador del campeonato. El italiano ponía cara de póker y se desmarcaba diciendo que estaba esperando a alguien mientras sostenía entre sus manos una camiseta. Viendo que no había manera de entrarle, Mata tiró del recurso de la amabilidad y se ofreció a hacernos una foto a todos nosotros en el mítico escudo que había en el túnel, ese de las luces de neón. Sin embargo, no fue suficiente. Minutos después aparecía el destinatario de la prenda, que no era otro que Juninho. Abrió el maletero de su coche y guardó la elástica. Acto seguido se fue cada uno por su lado. Y nosotros nos llevamos un generoso botín. Por cierto, Vieri al final no fue a la fiesta.

lunes, 8 de noviembre de 2010

El Señor Pedro de Felipe




Aunque puede haber quién piense por el título de esta entrada que ya me dedicaba a cazar autógrafos en los setenta, lo cierto es que no soy tan viejo. Y tampoco hay que interpretar que nos vamos a ocupar simplemente del “central expeditivo” al que citan los medios oficiales del Real Madrid cuando se refieren a ese mítico integrante de su defensa que fue Pedro De Felipe. Porque esa es sin duda una visión reduccionista a la hora de hablar de un tipo que sirve de recurso para cualquiera que se dedique a esto. Y prueba de ello es la historia que tuvo lugar en Marzo del 2001, en plena fase de grupos de la Champions League y con el conjunto de Chamartín emparejado al Leeds United del joven Ferdinand (que tiempo después de convertiría en el gran defensa del Manchester United). Los ingleses llegaron a Madrid y se alojaron en un pequeño hotel llamado Orfila y que nunca hemos vuelto a visitar después de aquella. Para contextualizar aún más el relato, decir que se trata de un palacete del siglo XIX que fue convertido a la que es actualmente en 1999 y cuenta únicamente con 100 habitaciones, lo cual le hace ser muy selecto (238 euros la habitación sencilla. Ojo).




En semejante escenario se nos ocurrió entrar con cara despistados pero mirando de reojo el entorno (lamentablemente, no creo que vayamos a estar en el interior del recinto en más ocasiones y, la verdad, es una lástima porque es una pasada), y escuchamos la tan temida pregunta por parte de uno de los recepcionistas: “¿están ustedes alojados?”. Y en estas que mis tres amigos (uno de los cuales ya no está entre nosotros) y yo dijimos casi al unísono: “No. Estamos esperando al señor Pedro De Felipe”. Pero claro, esta treta está bien cuando estás en un lugar de hospedaje menos exclusivo. Con las 100 habitaciones que comentábamos en el primer párrafo, la cosa no coló y la respuesta fue obvia: “Imposible. Aquí sólo se aloja el Leeds.”. Tirando de dotes interpretativas nos hicimos los sorprendidos y mostrando una actitud colaborativa que pone a las claras nuestra buena educación anunciamos que esperaríamos fuera exclamando: “Vaya, parece que nos la ha jugado el Señor De Felipe...”.

Esa tarde la recordaré por siempre, además de por el señor Pedro De Felipe, por lo bien que se portaron los jugadores del Leeds (menos Nigel Martyn) y sobre todo por la gente de seguridad del equipo que no pusieron impedimento en que nos firmaran casi todos y hasta nos dieron unos obsequios (en concreto, pins y llaveros. Yo me quedé con uno de los primeros).





Equipos de aquella eliminatoria.

Real Madrid: Cesar Sanchez, Geremi, Hierro, Karanka, Solari, Makelele, Celades, McManaman, Figo, Morientes, Raul. Subs: Casillas, Salgado, Savio, Guti, Munitis, Tote, Rivera.
Leeds: Martyn, Harte, Radebe, Ferdinand, Matteo, Bakke, Dacourt, Batty, Kewell, Smith, Viduka. Subs: Robinson, Kelly, Wilcox, Burns, Maybury.


Y ya sabeis haceros "FARFANES"

miércoles, 3 de noviembre de 2010

Hoteles de Madrid: El Hotel Westin Palace




Sigamos con nuestro análisis de los hoteles en donde hemos desarrollado nuestra actividad de caza-autógrafos. En esta ocasión nos ocupamos de uno de los hoteles más majestuosos de Madrid, el Westin Palace. Situado cerca de la zona de las Cortes y siempre custodiado por la fuente de Neptuno, fue inaugurado por Alfonso XIII en 1912 una vez que concluyó el proyecto diseñado por el arquitecto Octavio Ferrer i Puig, en el solar donde se ubicaba el palacio de los Duques de Medinacelli. Enclavado en un lugar estratégico de la ciudad en lo que a turismo se refiere (Museo del Prado o el Thyssen), es habitual que tengamos que escabullirnos de la seguridad cada vez que nos acercamos por allí. Pero lo malo no es esto. No. Lo malo es que en los últimos tiempos la cosa se está complicando hasta el punto de resultarnos casi imposible completar nuestras misiones. Por eso recuerdo con añoranza aquella época en la que podías ir como si fueras parte de la tropa imperial aunque eso sí, entrando por la puerta de atrás. Fue antes de que abrieran un Starbucks y a Stallone y sus amigos les diera por el negocio de la restauración. Entonces, había una galeria comercial que contaba con un acceso casi secreto al mítico hotel (una puerta parecida a la que utiliza Harry Potter cuando pasa al callejón Diagon). El cierre de este tránsito fue un duro golpe y, tal vez por ello, nunca hemos conseguido negociar bien lo de pasar por la entrada delantera.




A pesar de las dificultades, en este hotel hemos vivido jornadas míticas e inolvidables pero si me tuviera que quedar con una, esa sería sin duda la primera vez que venía el Manchester United de Sir Alex Ferguson a Madrid. Se disputaban los cuartos de final de la Champions del 2000 y la revlución de Beckham se encontraba en su máximo esplendor. Chicas y chicos amanerados se apostaban en los alrededores del recinto portando ejemplares de la revista “Hello”. Una de las rutinas que suelen tener los equipos es dar una paseo por las proximidades de su alojamiento la mañana del partido. De esta manera, los Mancunians salieron a mediodía dispuestos a estirar las piernas. Sin embargo, para decepción de muchos, no todos los integrantes de la primera plantilla iban a tomar parte de la caminata. Y es que el pobre Becks, nada más poner un pie en la escalera, decidió recular ante el atosigamiento de los fans. Recuerdo haber visto entonces a una periodista que estaba dando sus primeros pasos como reportera en el mundo del periodismo deportivo. Era Carmen Colino, que tenía reservada una habitación en dicho hotel para conseguir cubrir mejor toda la información que aconteciese en el cuartel general de los diablos rojos. Pero volvamos al asunto de la vuelta de los jugadores. Todos se comportaron de manera correcta excepto Roy Keane que, llevando su rol de tipo duro hasta el extremo, no quiso ni firmar ni hacerse fotos. Como líder de aquel grupo, iba en cabeza de la expedición con su típica cara de no tener un buen día. Al hilo de esto, cosas del destino, hay que decir que la siguiente temporada me contestó una carta que le envié a cuento de un choque que tenían en Valencia de la fase de grupos de la Champions. Pero ya hablaremos en su momento de los autógrafos conseguidos de manera postal. Sigamos con el día de marras. Al contrario que Keano, Ryan Giggs y el actual jugador de póker Teddy Sheringam (que nadie le confunda con Poli Rincón, que también juega a cartas pero que tuvo menos relevancia en el fútbol) fueron tipos cordiales que quisieron agradar a los aficionados en todo momento. La vuelta no se prolongó por más de 5 minutos pero aún con poco tiempo, pude seguir aumentando mi colección.




Equipos que se han hospedado:Bayern Munich, Manchester United, Equipo Americano Basket, Rosenborg, Panathinaikos, Final Copa del Rey Basket, ect...

Nota final:Le pondremos un 6 pese a las complicaciones y que el glamour que tiene parece transferirse a sus empleados (siempre quedará en nuestra memoria aquella vez en que nos “invitaron” a marcharnos después de la llegada del Bayen de Münich. Fue una jornada bautizada como “el día de Luca Toni” y me ocuparé de ella a su debido tiempo.)

Dirección:Plaza de las Cortes, 7


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